Hacía mucho que no escribía, como cada X meses necesitaba desconectar. Pero hoy ha habido algo que me ha hecho volver a escribir.
Tengo una amiga en pleno puerperio, con un bebé de menos de 15 días y me he visto reflejada en algunas de las cosas que me contaba. Abrumada, cansada, privada de sueño y a veces hasta de comida, esos son los primeros días o semanas de la maternidad. El puerperio del que nadie o poca gente habla.
Si ya cuando estás embarazada parece que tu embarazo pasa a ser de dominio público, cuando lo haces en solitario creo que esto se multiplica. Muchas veces lo he comentado, pero a las madres solteras y/o a las familias monomarentales se nos cuestionan cosas que a muchas parejas no se les cuestionan, y en consecuencia se nos infantiliza. Pero en general, creo que todas las madres nos hemos visto en un escenario parecido al que voy a describir.
En un periodo tan sensible, tan brutal, tan mamífero como es la maternidad (sobre todo la de una madre primeriza en general), el más mínimo comentario insensible puede cambiar el rumbo de esta.
Durante tres años he luchado muchas veces contra un gigante porque se me han cuestionado cosas que directamente no se tienen que poner en duda. Es tan simple como que solamente por el hecho de ser madre, y de ser yo quien cría y quien ejerce el acto de maternar, yo decido el cómo y el por qué. Punto.
Y veo a mi amiga, insegura, débil, cansada y vulnerable. Y a la «tribu» que le rodea, que no siempre es de ayuda. Siempre digo que hay que rodearse de una tribu, si, pero de una buena tribu. La maternidad puede traerte muchas inseguridades, culpa, y si le sumas el cocktail hormonal que sufres, es un periodo muy difícil. Enriquecedor, sí. Pero es difícil mudar de piel. Siempre digo que es como si mudases y dejases atrás una parte de tu otro yo y evolucionases en una nueva identidad, con cosas de antes y con cosas nuevas que te aporta el hecho de convertirte en madre y criar.
La gente que nos rodea no siempre es de ayuda, y aunque es un palo, hay que levantarse y reivindicar que cada una vive y lleva su maternidad como bien puede y quiere. Y yo amiga, hoy te digo, que te levantes. Que te seques las lágrimas y que digas basta. Que tú has gestado a ese bebé durante 9 meses. Que solo tú sabes lo que es parirlo, nutrirlo y alimentarlo con tu leche y con tu calor, cada minuto. Que solo tú sabes lo que se siente al llevar dos semanas sin dormir y sobrevivir. Porque es lo que hacemos los primeros meses, sobrevivir. Que solo tú sabes lo difícil que está siendo conocer a esa nueva mujer que ha nacido a la vez que lo ha hecho tu bebé. Sigue a tu corazón a tu instinto, o como quieras llamarlo. Y no dejes que la presión social pueda con las decisiones que tomas o dejas de tomar. Empodérate y reivindica vivir tu maternidad como te apetece, sin juicios, sin expectativas, con fallos…
No hay dos maternidades iguales y al mirar atrás solo te quedará el recuerdo de que no venciste a esa «sobreprotección» a veces tan dañina que nos infantiliza y nos desautoriza, que no venciste al «haz esto o lo otro». Y te quedará el recuerdo, de que a pesar de no ser un camino de rosas, fue tu camino, el que tú labraste y elegiste recorrer.
Amiga, (y esto se extiende a cualquier madre reciente), estoy segura de que lo estás haciendo lo mejor que puedes y que sabes, no te culpes, no te añadas más peso a la mochila, fluye, y vive tu maternidad como solamente tú sabes. Porque no hay dos maternidades iguales.
Qué buen post Lorena!!! Me ha gustado mucho y me parece muy necesario. Mudar de piel lleva su tiempo, al comienzo es normal estar confusas, desorientadas y lo que necesitamos es una tribu que nos arrope, que nos aúpe y que nos sostenga para conectar con nuestra voz interior, para poder seguir nuestro instinto, para empoderarnos y maternar como mejor consideremos. (Y lamento que te hayan puesto en duda, es muy irritante y doloroso) 😘
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Gracias Alba, creo que todas nos hemos llevado algún comentario no oportuno en algún momento y a veces si no eres fuerte, puede cargarse ciertas cosas como la lactancia o el colecho o cualquier decisión que hayas tomado. Arriba las tribus que apoyan bien.
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