Tercer trimestre: nos mudamos a España!

¡Buenas noches!¿Cómo ha ido el puente?Como cada lunes estamos de vuelta, así que vamos al grano.

A principios de octubre de 2015 cumplía mi sexto mes de embarazo con una hermosa barriga. Se acercaba el fin de mi vida en Holanda y empezaba el estrés de la enésima mudanza que hacía, aunque esta vez era distinto al estar embarazada.

En el trabajo cada vez me costaba más concentrarme, sobre todo después de comer, que me entraba un sueño…Pero entre risas y compañeros tan geniales como los que tenía todo fue mucho más llevadero. Cada mañana, cuando caminaba hacia el trabajo me tocaba la pancita y le hablaba o le cantaba a Nicolás, imaginando su carita, su olor, su cuerpecito diminuto y perfecto…

Al principio, cuando supe que estaba embarazada no había pensado en mudarme a España. Mi idea era quedarme en Holanda y buscarme la vida, como siempre lo había hecho. Pero claro, una vez supe que me convertiría en madre soltera, me replanteé todo. Fue mi madre quién me dijo que qué iba a hacer sola en Holanda con un recién nacido y sin familia cercana. Y es que ella lo sabía por experiencia, y no había sido tarea fácil precisamente. Y aunque la idea de mudarme no me entusiasmaba, tomé la decisión de volver a casa tras seis años viviendo por todo el mundo.

Una vez tomada la decisión, empezaron las despedidas y los preparativos para mi vuelta. Me frustraba y enfadaba que mucha gente me preguntase (y no con buena intención) dónde trabajaría cuando mi hijo naciese, muchas veces haciéndome dudar de mi decisión de volver a casa y dejar mi trabajo en Holanda. Aunque sabía que en Vitoria no sería fácil, al menos allí tenía a mi familia y amigos, dos pilares imprescindibles cuando vas a ser mamá, y más si lo va a ser en solitario.

A finales de octubre, celebré un pequeño baby shower con mis amigas. Fue una tarde preciosa, soleada, y llena de amor y buena energía. Lo celebramos con un «high tea» donde mis amigas escribieron deseos para mi bebé y consejos para mí. Nicolás no había nacido aún, pero era taaan afortunado!Esa tarde volví a casa cargada de regalos y mucha emoción. Mi bebé no tendría papá, pero sin haber nacido tenía a gente maravillosa que solo le deseaba cosas bonitas y que lo quería con locura sin haberlo visto. ¿Y hay amor más incondicional que querer a alguien al que aún no has conocido?

babyshower_embarazo_madresoltera_holanda_paisesbajos-dutchbabyshower

babyshower_embarazo_madresoltera_holanda_paisesbajos-dutchbabyshower

babyshower_embarazo_madresoltera_holanda_paisesbajos-dutchbabyshower

Cuando llegué a casa y me puse a leer las tarjetas con los deseos para Nicolás, no pude evitar llorar. Lloraba de alegría, por tener a gente tan increíble acompañándome durante el embarazo,  y también de pena, por no poderme llevar a toda esa gente conmigo. Sabía que siempre los tendría conmigo, en la distancia, pero conmigo, pero me daba pena no poder compartir con ellos el nacimiento de mi bebé o sus primeros meses de vida. Tenía un sabor agridulce. Quería quedarme y a la vez quería estar cerca de mi familia. Esta vez, no era una mudanza más, era distinto. Irme significaba que un pedacito de mí se quedaba en Holanda, pero me llevaba conmigo el mejor recuerdo, a mi hijo. Ahora la realidad estaba cada vez más cerca. Al fin y al cabo, me mudaba de vuelta a mi país y eso significaba también que el padre de mi hijo estaría lejos. A veces, tenía sentimiento de culpa y pensaba que tal vez tendría que haber insistido más. Pero soy de las que piensa que uno tiene que hacer las cosas por convicción propia, tiene que salirte de dentro, y más aún cuando se trata de un hijo. Sinceramente, yo siempre tuve claro que quería a mi hijo desde el primer día que supe que crecía en mi barriguita, y con eso ya me valía. Me sorprendía muchas veces cuando la gente me preguntaba si no iba a solicitar una pensión alimenticia…Además de parecerme una pregunta bastante poco apropiada e inoportuna, a mí el dinero, qué queréis que os diga, no me soluciona nada. Y os lo dice alguien que en esos momentos tenía un futuro muy incierto. Nunca se me pasó por la cabeza solicitarla, y menos como ciertas personas sugerían por «hacerle la puñeta». Yo ya era muy afortunada, estaba creando vida y si todo iba bien me iba a llevar la mejor parte, el ver crecer a mi hijo sano y feliz. Y por las noches dormía con la conciencia muy tranquila. También me hacía gracia que la gente se preocupase de si siendo madre soltera lo tendría más difícil para encontrar pareja. En esos momentos lo único que me importaba era que todo saliese bien y tener entre mis brazos a mi bebé, tan ansiado.

Y llegó noviembre, y mi semana 32 de embarazo, y con él la hora de hacer las maletas y la mudanza. Llegaron las despedidas. Despedidas de trabajo, de amig@s, de compañeras de piso, y de mis queridas matronas. ¡Qué pena me daba que no pudieran ser ellas las que estarían en mi parto!Y a decir verdad, me daba pereza tener que volver a establecer relación con nuevas matronas en Vitoria, pero fui toda una afortunada.

Recuerdo el camino al aeropuerto como si fuese ayer. Sandra, mi jefa y su marido Paul, que para mi fueron mis padres adoptivos, me llevaron en coche hasta allí. No era consciente de que hasta que no naciese mi hijo esa era la última vez que los vería. Y que dejaba Holanda, al menos por un tiempo. Yo, que había renegado tanto de ese país, y ahora me iba con pena…Y es que da igual donde estés que como siempre digo si la compañía es buena…Sabía que esa ciudad y ese país siempre tendrían un lugar especial para mí y que quería trasmitirle eso a mi hijo. Al fin y al cabo, era donde él había sido concebido y donde habíamos pasado los siete meses de embarazo. Contuve las lágrimas al despedirme y me apuré al avión. Sandra y Paul me habían dado un sobre con una tarjeta y querían que lo abriese una vez estuviese en el avión. Y yo, como hasta entonces había hecho, seguí sus órdenes 🙂 Y ya sentada en el avión, al lado de otra embarazada, casualidades de la vida, abrí ese sobre. Era una tarjeta donde me deseaban lo mejor para ambos y me decían todo lo que nos querían y nos iban a echar de menos, aunque las palabras sobraban. Y entonces empecé a llorar. De nuevo eran lágrimas de emoción, alegría, pena, y también miedo e incertidumbre por lo que venía. Empezaba una nueva vida para mí y para mi bebé. Y es que yo siempre había sido muy aventurera, y esta vez no iba a ser menos.

Había visto a mi familia dos meses antes, pero esta vez el reencuentro fue mucho mejor. Mi bebé cada vez estaba más cerquita y estábamos todos muy felices por lo que venía. Llevaba un año sin ver a mi mejor amiga Jenny y cómo no, no pudo aguantarse y vino a verme a casa de mis padres. Habíamos hablado tantas veces de embarazos, niños, bebés…que no parecía real!Fue un reencuentro muy bonito, entre risas y abrazos.

No os voy a mentir, a pesar de estar muy feliz por haber vuelto, había días duros. Tenía que adaptarme en muchos sentidos: volver a mi país después de tanto tiempo, volver a casa de mi familia, el embarazo…Puede que parezca una tontería, pero cosas como elegir el carrito de mi bebé o su cuna me producían sentimientos encontrados. Veía a parejas ilusionadas haciendo compras y a veces me daba pena estar sola en ese sentido. Pero también os digo, que la pena ni ayuda ni te lleva a ninguna parte. También pensaba en el momento del parto, no por miedo al dolor, si no por compartirlo con mi madre y no con una pareja. Al final fueron cosas que en el momento de la verdad me dieron igual, si os soy sincera. Pero los días de bajón es lo que tienen…

Lo que peor llevaba era la incertidumbre, el no saber dónde viviríamos mi hijo y yo, dónde iba a trabajar…Pero pensarlo tampoco ayudaba y me puse manos a la obra. Un mes antes de que naciese mi hijo, ya tenía un piso listo para los dos y yo no podía estar más contenta. También tenía miedo, porque en el momento en el que me mudase iba a enfrentarme a todo realmente sola. Los primeros tres meses los pasaríamos en casa de mis padres, para adaptarnos a la nueva vida y recuperarnos para emprender la aventura en solitario.

Durante esos dos meses no tuve mucho tiempo de pensar, entre citas médicas, compras y paseos con las amigas. ¡Todo el mundo me trató como a una reina!

Ya quedaba menos para conocer a mi hombrecito, el que iba a convertirse en el amor de mi vida. Cada noche, CADA NOCHE, imaginaba su cuerpito, su olor, su cara, sus manitas. Ordenaba su ropita, y no podía creer que fuera a convertirme en madre. Las últimas semanas estaba impacientada, pero tenía taaantas ganas. Lo que no tenía era miedo, ni miedo al parto ni a no ser capaz. Es una pregunta que mucha gente me hacía, si no tenía miedo al parto, al estar sola criando a un bebé tan pequeñito…En mi caso el embarazo me dio aún más fuerza, más garra para seguir adelante y me sentía llena de energía para afrontar lo que venía. Y así pasé las últimas semanas, imaginando como serías, soñando con mecerte y protegerte. Porque a partir de ese día ya nunca más estaría sola.

¿Cómo vivísteis las últimas semanas de embarazo?¿Tenías miedo a lo desconocido?¿Os sentíais capaces, con miedo?

El miércoles os contaré el capítulo más especial y personal de esta aventura. Un post largo y lleno de detalles y sentimientos del día en el que Nicolás vino al mundo: mi parto. ¡Hasta entonces!

 

 

14 comentarios en “Tercer trimestre: nos mudamos a España!

  1. nuevemesesyundiadespues dijo:

    Yo la semana últimas semanas de mi primer embarazo muy tranquila y sin ninguna prisa. Las del segundo deseando que naciera porque me encontraba regular y sabía que hasta que no naciera no pasaría. Encima, se retrasó una semana y como el primero me lo indujeron y fue muy malo estaba temerosa de que se repitiera. El coñazo, divertido eso sí, que di en redes con mi cuenta atrás jajajaj.
    Qué gusto que lo llevaras tan bien.

    Le gusta a 1 persona

  2. Asela dijo:

    Mi última seman de mi primer embarazo tuvo momentos muy dulces y otros muy amargos. Vivía en el extranjero, en Sudamérica y mis padres y dos hermanas vinieron una semana antes para el parto, yo estaba entusiasmada y tranquila al tenerlos allí. Unos días después nos entraron a robar a casa y las más perjudicadas fueron mis hermanas! A los dos dias mi barriga se redujo, me había quedado sin líquido amniótico así que me hicieron una cesárea y todo salió genial! A los 8 días más o menos viaje más de 20 horas con mi nene de 8 días.

    Le gusta a 1 persona

    • Lorena Santamaria dijo:

      Ay Asela!!Cómo me entiendes!Estar embarazada lejos de casa es duro a veces, y más si hay complicaciones. Pero mira ahora que hijos más preciosos tienes!Lo del robo, vaya susto!Y tú, una campeona volando 20 horas con un nene recién nacido, no sé cómo no te dió un ataque.Un abrazo guapa!

      Me gusta

  3. Mamá Pingüino dijo:

    Que bonito post y que emocional! Siempre nos asustan los cambios. Entiendo que querías lo mejor de los dos países y al final te tiró más la parte familiar. Para mí tb es una parte imprescindible. Yo lo cierto es que no tuve esa «Pena» de no tener pareja al comprar sus cosas. Ni me lo planteé, la verdad. Y el hecho de que mi msdr pudiera estar en el parto fue lo mejor de lo mejor porque era la única persona que me iba a dar La Paz que necesitaba. Lo de no encontrar pareja… La gente siempre habla de todo! Es igual que fácil que antes lo único es que miramos por nuestro hijo y ahora valoramos cosas que no valorábamos antes. Yo fui una premama muy precavida que lo tuvo todo listo casi a mitad de embarazo. El último trimestre me voló entre un master que estaba terminando y el deseo de verlo pero no querer que naciese aún 😂

    Me gusta

    • Mamá Pingüino dijo:

      Se me ha olvidado comentar que mis últimas semanas para mí fueron las mejores. Yo tuve embarazo asintomático así que feliz. Tampoco engorde demasiado y el bebé no me daba mucho la lata. Fue cuando de verdad disfrutar del embarazo. Venír de reproducción asistida hace que no lo disfrutes del todo por eso ese tercer trimestre fue tan especial. No quería que saliese, jaja! Y hacía como tú, imaginármelo una y mil veces. Y cuando me lo pusieron encima era tan distinto a todo lo que había imaginado… Pero para bien!

      Le gusta a 1 persona

    • Lorena Santamaria dijo:

      Master y todo!Vaya campeona!La verdad es que el parto con mi madre fue genial, un momento muy único. Y lo de la pareja, papanatas!😂😂😂Ya llegará. Como bien dices, nuestros hijos son lo primero y quien nos quiera a nosotras querrá a nuestros hijos como suyos 🙂 Buenas noches preciosa!

      Me gusta

  4. Saray dijo:

    Qué bonito post pony ! Me encanta cómo escribes , de cierto modo ya había compartido todo esto contigo pero leerlo y ver lo bien que te expresas es genial ! Precioso Nicolás , Besitos desde Salamanca!

    Le gusta a 1 persona

  5. Mar dijo:

    Me acuerdo el día de noviembre k llegaste y te fuimos a recoger al aeropuerto, hacía un día precioso, te llevé bocadillo de tortilla, y allí apareciste, con tu gran barriguita y cargada de maletas, en casa te esperaba tu habitación….. Todo preparado…..solo había k esperar mes y medio…. Se nos hizo eterno…..te acuerdas de la eco 4d , k risas:)
    Fue estupendo teneros en casa! Extra de hormonas pero es normal! Días de acostumbrarse de nuevo a convivir con los padres! Tan pesados a veces!!!!

    Le gusta a 1 persona

Replica a Lorena Santamaria Cancelar la respuesta

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.